miércoles, 23 de abril de 2014

“Extracomunitario” versus “privilegiado”



Los colores se mezclan en las caras de los personajes de Ernesto Fidel Romero Bayter.
Me gusta poner color nos dice con esa mezcla de entonación entre español de Colombia e italiano, el mismo soniquete cantarín con el que habla Agnes, su chica.
Luego nos va mostrando los cuadros de uno en uno. Nosotros nos paramos y observamos la mezcla de tonos y el color uniforme del fondo.
Cuéntanos un poco la historia de esta persona,  ¿de dónde es?, ¿cómo la conociste? le pregunta C., nuestro amigo norteamericano, que está a punto de volar a París para luego irse a San Francisco, su ciudad, después de haber recorrido medio mundo.
Y Ernesto nos descubre alguna cosa sobre sus pinturas, sobre cómo ve a la gente que luego plasma en sus cuadros. También nos dice algo importante. Para poder pintar a alguien tiene que conocerlo bien, no puede poner color al alma de un desconocido.
Lo que quiero es dejar constancia sobre la situación de los emigrantes, sobre sus problemas.
Y nos cuenta que su exposición “Extracomunitario” va de eso, de mostrar con pintura la problemática de la emigración. Las personas de sus cuadros son de fuera de Europa, latinoamericanos y magrebíes (en Italia los llaman despectivamente harraga) que Ernesto ha conocido en Génova, la ciudad en la que vive desde hace un montón de años. Sus pinturas son el reflejo de esa otra imagen de la emigración, de la más dura, de la gente que se topa con todo tipo de trabas en esta Europa a la que le cuesta tanto dejar espacio a las personas que vienen buscando una vida mejor.
Al salir de la exposición nos vamos a tomar un café. Luego, cuando casi todos se han ido, Ernesto, Agnes y yo nos quedamos durante unos minutos hablando. Ernesto me dice que seguramente J. y yo seremos ahora mucho más conscientes de las dificultades que conlleva la expatriación. Yo me quedo en silencio y pienso en ello. Me doy cuenta de algo en lo que ya había caído, pero que conviene no dejar pasar. Muchas veces lo olvido. Luego se lo digo con total sinceridad:
—Si nos comparamos con toda esa gente, nosotros, aquí en Lituania, a pesar de estar lejos de nuestra casa, somos realmente unos privilegiados. 

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